domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo 3: La idea. (DoP)

En el capítulo anterior...
-Avada...- gritó Goyle, siendo interrumpido por el hechizo silencioso que lanzó mi marido, cayendo al suelo y haciendo que mi corazón se detuviera por unos segundos que parecieron años, porque todo el plan dependía de la velocidad de reacción de Draco... había sido rápido, muy rápido.
-¿Goyle?- Lo llamó él mientras observaba el cadáver del que había sido su amigo tirado en el suelo, con los ojos sin vida mirando al techo de la estación, muerto a manos de mi marido, el cual nos miraba a mis hijos y a mí, los tres muertos de miedo aún, pero sí, todo había salido bien.

Capítulo 3: La idea.

-Mamá, esto no puede seguir así- murmuré intentando consolarla.
-¿Y qué quieres que haga?- respondió ella con la voz cortada, intentando sonar fría, pero sin mucho éxito.
-Pues abrirle los ojos, qué si no- respondió mi hermano Scorpion.
-Llevo año intentando hacerlo... ¡Pero vuestro padre no quiere ver más allá de su maldito trabajo!- dijo a gritos, con tanta ira acumulada que un par de bombillas reventaron.
-Tranquila mamá, algo se nos ocurrirá...- dijo mi hermano Severus mientras recomponía las bombillas.
-Bueno... puede que vuestro ingenio de serpiente sea mejor que el mío, si ni vosotros con vuestro métodos rastreros lográis que abra los ojos juro por Merlín que me voy y ese estúpido no vuelve a verme ni un pelo- dijo cansada, siempre decía lo mismo, pero siempre volvía a perdonarle, mis hermanos lo sabían tan bien como yo, mi madre y su corazón de león no podían contra las disculpas y el amor hacía mi padre, el cual parecía no valorar nada, porque otro año más había olvidado su aniversario, otro año más mi madre lloraba desconsolada en su dormitorio mientras mis hermanos y yo tratábamos de consolarla, aunque por primera vez, los tres estábamos dispuestos a actuar y resolver la situación.
-Gracias por los halagos mamá- respondieron mis hermanos a la vez con una sonrisa burlona que mejor que se hubiese guardado, porque ahora ella lloraba más fuerte si cabe.
-Sabéis que es cierto lo que digo, no lo digo como algo malo, son las cualidades de vuestro padre ¿No? Aunque no os parecierais a él en físico todos sabrían perfectamente quién es vuestro padre con ese carácter que os gastáis los tres- una sonrisa se formó en su rostro, triste y lleno de lágrimas, pero era sincera, porque por mucho que le doliera ver en aquellos momentos esos ojos grises y gestos de Draco en sus hijos no podía evitar amar que se parecieran tanto a él.

Los días pasaron como siempre en la Mansión Malfoy, mi madre seguía molesta con papá e iba como un alma en vilo por la casa, como siempre, mientras él apenas aparecía por allí ocupado como siempre con su trabajo, aunque eso no hacía que “misteriosamente” aparecieran decenas de regalos por la casa para mamá con notas de perdón, pero a diferencia de otros años mi madre todavía no le había perdonado, ni tan siquiera le permitía entrar en el dormitorio, pero no porque ella no quisiera ceder, si no porque nos había jurado a mis hermanos y a mí no ceder mientras encontrábamos una solución. Pero a mi no se me ocurría nada y con mi regreso a Hogwarts a la vuelta de la esquina estaba más que agobiada, mi último año en la escuela que era mi segunda casa estaba por empezar, ya había alcanzado todas mis metas, había ganado la copa de quidditch como buscadora y capitana en mi equipo (aun a pesar de mi madre yo y mis hermanos habíamos sido grandes jugadores en nuestros equipos y nuestro padre estaba muy orgulloso de ello), había sido nombrada prefecta y premio anual, había ganado el premio por servicios especiales a Hogwarts y había sacado el máximo posible de MHB. Pero aún así no me quería marchar. Y con eso en mente encendí el televisor y comencé a ver la televisión muggle, que aunque mi padre no le viera la gracia, nos entretenía a mis hermanos y a mí muy a menudo.
Y mientras miraba despreocupada la televisión la inspiración llegó a mí. Si queríamos que papá apreciara a mamá y todo lo que tenía en casa no había mejor forma que si se viera al borde de perderlo todo. Pero eso era difícil, porque aunque mamá le planteara el divorcio era obvio que jamás llevaría a cabo sus amenazas y bueno, aunque lo hiciera mi padre encontraría alguna manera de evitarlo... Debía ser algo más drástico, algo que de verdad pusiera en peligro todo lo que había conseguido junto a mi madre, algo que le hiciera plantearse si pasarse el día encerrado en un despacho era forma de vivir... Pero solo se me ocurría una idea y era imposible, que papá creyese que iba a morir.

-Pero ahora enserio Lili ¿Cómo vas a hacer creer a papá que va a morir y perderlo todo?
-Eso déjanoslo a nosotros, hermanita- resonó la voz de Scorpion tras de mí, haciéndome ver que parte de mi discurso mental había sido dicho en voz alta.
-¿Cómo? Si solo era una idea estúpida, no me hagáis caso- dije asustada de sus ideas de serpiente.
-No es una idea estúpida- reflexionó Severus-. Si lo piensas no hay nada más irremediable que la muerte, con ella perdemos todo lo que hemos ganado en vida y dejamos atrás todo cuanto queremos y amamos. Si papá se ve de frente con la muerte seguramente su actitud cambia por completo y comience a valorar cada instante que tiene de vida y eso implica valorar a mamá.
-Pero hay un problema en el plan, el cómo lograr que papá se vea tan cerca de la muerte- siguió la línea de sus pensamientos Scorpion.
-Yo veo un problema mayor: Cómo lograr que papá salga vivo y de una pieza de la idea que se os ocurra- dije con un toque de veneno en la voz, porque cuando los tres hermanos (mejor dicho los dos) Malfoy tramaban algo nunca se podía llegar a saber con exactitud el alcance exacto de las consecuencias y eso era porque a ello las consecuencias no les importaban con tal de conseguir lo que querían.

-¿Esto es enserio?- el rostro de mamá era sombrío, sus ojos brillaban de una manera extraña, como jamás lo habían hecho.
-Mamá, es la única manera, confía en nosotros, sabes que lo único que queremos es que tu y papá seáis felices cómo cuando éramos niños...- dije apelando a su lado sentimental, a su parte más Gryffindor, la familia.
-Me estáis proponiendo que contrate a un asesino para que atente contra la vida de vuestro padre... No podeís estar hablando en serio- sentenció mirándonos inquisidoramente, cómo cuando misteriosamente uno de los libros de magia negra aparecía toqueteado y fuera de su sitio.
-Todo saldrá bien mamá, papá es un gran mago, rápido y bueno en duelos, sus días con el señor tenebroso de algo le sirvieron y desde luego la persona que tenemos pensada es lo suficientemente boba como para pensar en poder derrotarlo y exponerse a una muerte segura- explicó tranquilamente Severus.
-Me aterra la facilidad con la que habláis de atentar contra la vida de vuestro padre y de poner en peligro la vida de otras personas por vuestros propósitos...- dijo ella con tristeza-. Pero aceptaré con una condición- dijo tras una pausa-, que Lili hable conmigo del tema tras beber unas gotas de veritaserum.

El salón se sumió en un total silencio, todos sabíamos que mi corazón era tan noble como el de mi madre y que hablar de semejante asunto bajo los efectos del veritaserum me haría decir las tonterías más ñoñas sobre la faz de la tierra, todos sabíamos en esa habitación que si bien mis hermanos eran totalmente inmunes a dicha poción yo jamás había conseguido tomarla sin acabar diciendo hasta la talla de mi sujetador a un desconocido. Pero era la única petición de mi madre y se lo debía. Acepté.

-Bien, ya has tomado la poción, tus hermanos están fuera y por si acaso he echado un par de hechizos para mantener nuestra conversación en la intimidad- la voz de mi madre era firme, inquebrantable, dejando ver lo acostumbrada que estaba a estas situaciones por su trabajo como auror-. Ahora bien ¿A quién se le ocurrió semejante idea?- mi valentía comenzaba a flaquear ante la fuerza de mi madre, que con tan solo su mirada me hacía sentir pequeña e insignificante.
-A mí, en realidad es parte de los tres, pero yo fui la que se dio cuenta de que solo el verse cerca de la muerte haría a papá ver lo que tiene. Lo de intentar asesinarlo es todo obra de Severus y Scorpion.
-¿Tienen tus hermanos algún interés oculto?- Suspiré sonoramente, sabía bien que mamá preguntaría algo así, mis hermanos tan codiciosos y deseosos de poder como mi padre bien eran capaces de algo así por la fortuna familiar.
-No el que imaginas, ellos te adoran a ti y a papá. Su único interés es ayudarte y bueno... Seguramente les divierte, sabes que les encanta conspirar y debes admitir que planear el asesinato de un padre es la madre de las conspiraciones.
-Cierto... ¿Y tú qué interés tienes? Aparte claro de querer ayudarme-. Mi corazón palpitó fuertemente ante los nervios.
-Porque dudo que si vosotros no sois felices yo alguna vez lo sea; tú y papá luchasteis mucho para estar juntos, primero con vuestros amigos, luego la familia y para terminar con la sociedad... Si después de tanta lucha no sois felices obviamente es que nadie puede serlo.
-¡Oh!- Mi madre pareció sorprendida-. Cariño... Si lo mío con tu padre no llegara a arreglarse no debes pensar eso, serás feliz con Alexander, estoy convencida... Pero vistos tu motivos pienso darte ejemplo luchando, lucharemos todos juntos para retomar nuestra vida y que vuestro padre esté en ella. No hemos luchado tanto para rendirnos ahora-. Su voz era tranquila y transmitía una fuerza que hacía tiempo no veía en ella, esa fuerza que papá siempre decía le ayudaba... Ahora comprendía el por qué, era difícil estar en un habitación con Hermione Granger y tener miedo, porque por todos sus poros irradiaba una fuerza y una confianza dignas de la Gryffindor que era y de la gran mujer que era.

En el próximo capítulo...
 -Fui yo- dijo firmemente tras culminar su beso. 
-¿Qué?- contestó Draco confuso.
-Yo planeé tu asesinato- respondió ella con una sonrisa-. Bueno, tus tres hijos ayudaron mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario